Nunca dejará de sorprender la forma en que el Cañero se impuso en las primarias del PLD luego de morir Juancito, y luego su asalto al podium de Santo Domingo Este.
Para ello, Alfredo Martínez pactó con los entes políticos morados del municipio, visitó sus casas, mando su gente a gritar en la casa nacional… e hizo que el PLD, posiblemente sin salir del asombro, diera una oportunidad. Dicen que contó con el apoyo personal del Secretario General Reynaldo Paret en rivalidad a otros grupos de poder que ambicionaron rápido la silla.
Alfredo incumplió sus acuerdos; se hizo rodear de funcionarios no necesariamente calificados y pronto la fractura Minaya-Martinez fue evidente, siendo este primero una pieza clave en su llegada.
El creer que estaba por encima de los procedimientos fue crucial para el cometer múltiples errores y algunas veces con autoritarismo.
Las leyes le amarraban mientras que en el Consejo de Regidores un frente FA + PRSD, con algunos otros, ocasionalmente, limitaron algunos planes que salvan al Alcalde, incluso, de procesos jurídicos futuros.
Alfredo ha manejado la Alcaldía con mano de hierro, posiblemente contrariado por no poder avanzar en terrenos donde creyó ser Zar, desembocando en deseos inauditos como el de sacar de todas todas al Contralor Municipal que al final, termina siendo su salvador pues es su acción la que limita el abuso de poder desde la primera posición en la Institución que le traería problemas luego que abandone la oficina en el tercer piso.
Martínez pierde la oportunidad de pasar a la historia de poder defender la ciudad de la depredación del Gobierno Central de invadir el Parque Del Este en detrimento de los munícipes, de hacer algo por la recuperación de los espacios públicos, la de defender que mas que tirar asfalto se asfaltara correctamente, de señalizar las calles, de colocar las perdidas cámaras de vigilancia… dejar alguna impronta que marque positivamente su gestión pero esto, al menos en obras palpables, ya no será posible.
El Cañero concentró grandes esfuerzos en solucionar el tema del drenaje pluvial, comprando incluso camiones especiales para mantener la ciudad libre de inundaciones y aunque zonas cruciales como por ejemplo, en la avenida Charles de Gaulle, se solucionaron por un periodo, el no mantenimiento de la limpieza de zonas aledañas enlodó de nuevo las obras y resurgieron las aguas. Martínez reconoció acongojado que este tema era un verdadero dolor de cabeza hasta el punto que sus adversarios en competencias electorales hoy, ni intentan vender que lo solucionarán. En todo caso, el esfuerzo es loable.
Alfredo cae bien, viene de abajo, por ello hoy es catalogado por los líderes comunitarios como quien marcó positivamente su relación con ellos, cara a cara, priorizando el cumplimiento del presupuesto participativo, dando prioridad a las necesidades de las comunidades aun cuando es claro que nunca entendió que la ciudad era más que este accionar positivo.